María de Guzmán, primera doctora universitaria y Académica de la Lengua de la historia de España

María de Guzmán fue la primera mujer que ostentó en España el grado universitario de doctor y la dignidad de Académica Honoraria de la Lengua. Hoy, tres siglos después de su muerte, una calle en Ríos Rosas con su nombre la recuerda

María Isidra de Guzmán

Ana Tejerina | 10 de marzo de 2021

María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda  (1767-1803), conocida popularmente como La doctora de Alcalá o, simplemente, como María de Guzmán -que es como ha quedado plasmado su nombre en la calle de Ríos Rosas que la recuerda -, fue la primera mujer en alcanzar el grado de doctora en un tiempo en el que los estudios estaban vedados a las mujeres. Además, obtuvo la dignidad de Académica Honoraria de la Lengua al ser admitida en la Real Academia Española con apenas diecisiete años de edad.

De origen madrileño, María era hija de dos de las máximas dignidades de la nobleza española, el conde de Oñate Don Diego Ventura de Guzmán, y la condesa de Paredes Doña María Isidra de la Cerda. Alentada por sus progenitores, la joven destacó desde temprana edad por su facilidad para los estudios y los idiomas, lo que permitió que su nombre fuese cada vez más conocido entre los ambientes de la corte. Sin alcanzar aún la mayoría de edad, fue admitida en la Real Academia de la Lengua a instancias del rey Carlos III, convirtiéndose así en la primera mujer académica.

Tres meses después, la joven aristócrata se propuso conseguir el doctorado por la Universidad de Alcalá. Aunque en aquella época las mujeres tenían prohibido el acceso a la carrera universitaria, su familia consiguió una dispensa real. En 1785, y una vez superados con éxito los exámenes pertinentes, María recibió el grado de doctor en Filosofía y Letras Humanas. En su disertación acerca del comediógrafo griego Menandro, glosó su conocida frase: “No hay patrimonio más precioso que la sabiduría”, y la defensa de su tesis fue muy aplaudida. Pero a pesar de la buena acogida, tuvo que pasar un siglo hasta que otra mujer, Martina Castell y Ballespí, recibiera el grado de doctora en Medicina en la Barcelona de 1882.

«No hay patrimonio más precioso que la sabiduría»

María de Guzmán, 1785

Estos logros supusieron un punto y seguido en la vertiginosa carrera de María, pues aún con diecisiete años pasó a formar parte de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País y de la Sociedad Económica Matritense (de las que también fue la primera mujer). De hecho, fue gracias a su entrada por lo que se creó la Junta de Damas de Honor y Mérito, la asociación femenina no religiosa de carácter filantrópico más antigua de España. La Junta de Damas fue precursora en reivindicar la igualdad y los derechos de las mujeres, abriéndose camino, a base de trabajo, en una sociedad firmemente tradicional y cerrada.

Junta de Damas de Honor y Mérito

Dos años después, en 1789, contrajo matrimonio con Rafael Antonio Alfonso de Sousa de Portugal, marqués de Guadalcázar y de Hinojares. La pareja fijó su residencia en Córdoba, pues era allí donde radicaban las obligaciones nobiliarias del marqués. Pero su casamiento con un hombre más joven y menos culto que ella, su partida a la ciudad andaluza y las nuevas circunstancias políticas tras la muerte de su protector Carlos III explican que María acabase concentrándose en la vida familiar y en la maternidad, dejando apartados sus afanes intelectuales para momentos más propicios

Murió muy joven, a los treinta y cinco años, y no llegó a dar más fruto, quizá porque le fue difícil compaginar los libros con una salud que siempre fue endeble, el cuidado de su amplia familia y una sociedad patriarcal que no se preocupó por reivindicar la razón femenina.

María de Guzmán es un caso único, no sólo por lo insólito de su doctorado en pleno siglo XVIII, sino también porque todo apunta a que se trató de una mente brillante, aunque oscurecida por las trabas y prejuicios sociales de la época en que nació, así como por la poca justicia que después le han hecho la investigación y la historia, al igual que ha sucedido con tantas otras mujeres inteligentes, cultas, comprometidas y tan válidas como sus compañeros.

Placa con el nombre de María de Guzmán en el barrio de Ríos Rosas

En conmemoración del doscientos aniversario de su fallecimiento, se erigió en Guadalcázar en el año 2003 un monumento en su honor. Asimismo, en su memoria llevan su nombre la calle “Doctora de Alcalá”, en Alcalá de Henares, y la calle “María de Guzmán”, en el barrio madrileño de Ríos Rosas.

Publicado por Enfoque Chamberí

Esto es Enfoque Chamberí, un diario local de carácter universitario sobre la actualidad del barrio madrileño de Chamberí.

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